Carles Taché se vuelca con el diseño. ADN teoriza sobre arte. Palmadotze lo mezcla con vino en una masía... Las galerías de Barcelona se blindan frente a la crisis con diversas fórmulas.
Las galerías de Madrid han acaparado titulares por su tendencia a la concentración en Doctor Fourquet o por el éxito de iniciativas que amplían sus límites y fomentan la relación entre ellas mismas u otros agentes del arte como Jugada a 3 Bandas o el futuro Entre Acto (20 de mayo). Barcelona no se queda a la zaga. Las cosas también se mueven allí. Los casos más recientes y significativos son los de ADN, Carles Taché, R+ y Palmadotze. Aunque no son los únicos.
Dice Miguel Ángel Sánchez que las casualidades no existen. Sin embargo, fruto de la necesidad de ADN («un proyecto expansivo, con vocación social e internacional», que en junio cumplirá diez años) de encontrar una nave donde almacenar su stock («somos una galería que produce buena parte de lo que ofrece»), dio con un espacio de 360 m2 en Sant Cugat del Vallés, a unos 15 kilómetros de su sede en la calle Enric Granados, «que, en nuestra cabeza, poco a poco empezó a restar lugar al almacenaje para convertirse en ámbito expositivo».
Para Sánchez, ADN Platform «no es un proyecto comercial, pero sí que legitima lo que se hace en la galería: nada se hace de forma altruista, pero es cierto que aunque gran parte del trabajo está basado en la racionalidad y la estrategia, el arte se envuelve de muchas otras cosas que se nos escapan y a las que queremos prestar atención desde esta nueva palestra».
De esta manera, ADN Platform será escenario de un programa de exposiciones anual que se desvincula del de ADN «y rompe con la tiranía de las 4 o 5 semanas en la galería, para devolver alimento teórico con su mayor recorrido». Las primeras propuestas han caído en manos de dos colectivos (Azotea y De Vuelta y Vuelta), aunque para 2014 se abrirá una convocatoria pública. Será asimismo un think-tank en el que se debatirá de temas candentes sobre arte y sociedad (filosofía por la que se ha definido siempre este espacio privado) y que debe revertir en un proyecto expositivo (así ocurrirá en junio con el Vértex que coordinan Juan Canela y Ane Aguirre). Por último, y para fomentar la producción, se completará con un programa de residencias en su estudio de 40 metros cuadrados destinado a artistas y comisarios.
«ADN Platform no nace para reinventar nuestro modelo galerístico, más vivo que nunca, sino para ampliarlo –explica su director–. No queremos suplantar a lo público (el entramado en la ciudad es de primer orden, aunque esté adormecido, al menos en lo que respecta al tipo de arte político que nos interesa), pero sí poner el acento en la responsabilidad de una galería para generar dinámicas y analizar la actualidad». En junio comienza su labor.
Hace unos meses, la Nit del Galerisme de Barcelona premiaba la trayectoria de Carles Taché. El consolidado marchante considera que el mundo del arte hoy está «demasiado encorsetado», sin mucho margen para «atraer a las nuevas generaciones y fomentar un nuevo coleccionismo». Con ese espíritu se puso en marcha el verano pasado, en el número contiguo al de la galería en Consell de Cent, La Taché Gallery, «un espacio para el encuentro, en el que tengan cabida cuestiones que no entran en una galería tradicional (música, danza, moda...) y que en los museos lo hacen de forma conservadora y canónica».
Sus 120 metros cuadrados («un entorno pequeño, pero también más moldeable») se dividen en un espacio expositivo polivalente, una pequeña tienda en la que Taché homenajea a sus escritores, cineastas y fotógrafos de culto, y una gran mesa «en la que desayunar, merendar o cenar, encontrarse con profesionales del sector o desarrollar un programa de lecturas». Su terraza, con vistas al Eixample, convierten la experiencia de visitar una galería en otra cosa.
La Taché Gallery conecta muy bien con la gran tradición con el diseño de la ciudad (no en vano, una bicicleta, en colaboración con la mítica firma Rabasa, ha sido uno de sus producciones más recientes: «Barcelona es una ciudad de paseo y el paseo también es cultura», argumenta Taché), aunque no descarta abrir franquicias en otras ciudades («Madrid, Hong Kong...»). Pero eso será a largo plazo.
Tras 23 años promocionando el arte catalán más conceptual en Vilafranca del Penedès, («y tras haber barajado la posibilidad de trasladarse a Madrid o Barcelona, que parecía que era la moda ahora», explica Pilar Carbonell, su propietaria), Palmadotze se ha reinventado asentándose en una antigua masía del siglo XV, justo al lado de las bodegas de Mas d’en Gil, pertenecientes a la familia, en Santa Margarida i els Monjos, cerca de la salida 30 de la AP-7, y donde han estado embotellando sus propios caldos desde hace tres décadas.
«Puede parecer un gran contraste, pero para nosotros el cambio ha sido casi natural. Además, el arte y el vino casan bien. Un perfecto maridaje», argumenta Carbonell: «Queremos que la visita a una galería sea algo lúdico, que no sea cuestión de llegar y marcharse». Para tal fin se ha ampliado la masía (en la que ahora se despliega la primera parte de ¡Reset!, comisariada por Valentí Roma, un guiño a este «reseteo» que experimenta el espacio, con creadores de siempre la nómina de Palmadotze junto a otros más jóvenes que se busca incorporar al nuevo proyecto), cuyos entornos favorecen las intervenciones naturales, los proyectos de land-art, mientras se degusta un buen vino o se conocen las beldades de sus aceites.
«El objetivo es descentralizarse, y seguir divulgando y promocionando el arte desde fórmulas dinámicas que nos particularicen». Brindamos por ello.
R+
Sus socias hablan de «un programa, dos galerías, tres espacios». Porque R+ es la suma de fuerzas de MasART (Ana Más) y Raiña Lupa (Rocío Santa Cruz). Hasta 300 metros cuadrados que funcionan de forma independiente pero coordinadas en tres locales, y que comenzaron su andadura en noviembre: la galería convencional, La Nau (para proyectos específicos y el fondo de galería) y Ultramarinos (ámbito centrado en la autoedición y los libros de artista). Como defienden sus responsables, en función de las necesidades, un único artista puede desplegar su trabajo de diferente forma en cada uno de sus espacios, o se puede optar por proyectos diferenciados en cada local.
«Este no es un cambio radical –defiende Santa Cruz–. Las dos nos conocemos desde hace tiempo, pertenecemos a la misma generación y queríamos reactivar el panorama local. Al principio pensamos en organizar juntas un proyecto internacional pero nos dimos cuenta de que la solución era unificarnos. Esto último era más efectivo». R+ comparte el objetivo de conectar con el contexto, profundizar en él y convertirlo en puente para las nuevas generaciones: "Queremos recuperar el esfuerzo de las generaciones que han trabajado en Cataluña. Lo que tenemos ahora no surge de la nada, sino que ha generado un caldo de cultivo. Y eso debe servir además para apoyar a los nuevos creadores", explica su responsable). Para ello, creadores que trabajaban con una u otra galería se combinan ahora con los recién llegados (Pamen Pereira, Xavi Deu...).
El nuevo ciclo después del verano tendrá como protagonista a Soledad Sevilla, "una creadora que ha vivido muchos años en Cataluña pero a la que no se le prestó demasiada atención. Nosotras queremos conectar con ese vínculo que generó aquí".
Otros espacios que dinamizan la ciudad
Nogueras-Blanchard: Desde el inicio de esta temporada, el espacio capitaneado por Álex Nogueras y Rebeca Blanchard tiene sede en Madrid, en la calle de Doctor Fourquet. Eso no significó, tras cerca de siete años, el cierre de su espacio en la Ciudad Condal (C/ Xuclá, 7), que se ha convertido en un show-room donde se completan las exposiciones que se van inaugurando en la capital.
Art Deal Project: En agosto cumplirá dos años este ámbito de gestión con sede en Barcelona, a cuya cabeza se encuentran Isabel Lázaro y Cristina Espinosa. Su labor no está ligada a un espacio y, en un intento de huir del «ombliguismo de las galerías», se basa en la representación y asesoramiento de artistas emergentes y el desarrollo de proyectos comisariados, que ya se han desplegado en ferias como Swab, Room Art Fair o Jaal.
Roomservice Design: Mientras Àngels Barcelona tuvo su sede en la calle dels Àngels, cerca del MACBA, dividía su espacio entre la sala expositiva y el denominado Espai 2. Fue precisamente este último local el que, al quedar liberado con el traslado de la firma a la calle Pintor Fortuny, 27, el que se convirtió en Roomservice Design, un ámbito especializado en diseño actual, en activo desde 2007, ahora en manos de tres socios.
etHall / Alegría: A todo el que se le pregunta sobre los espacios jóvenes más activos en la ciudad suelen dar por respuesta los nombres de EtHall y Alegría, que en 2011 iniciaron su andadura. El primero, con solo 17 metros cuadrados cerca del MACBA, se han especializado sobre todo en proyectos de dibujo. El segundo (en la imagen), que también cuenta con show room en Madrid, pide un requisito a los artistas en sus reflexiones: el sentido del humor.
El Quatre: Su nombre viene del número que ocuparon desde su apertura en 1986 en la calle Santa Esperanza de la localidad de Granollers. La estrategia de este espacio –que se ha especializado en la promoción de pintura y escultura contemporánea– de ampliar sus horizontes le ha llevado a trasladar su sede a Barcelona, donde estrenaron local hace apenas unas semanas.